domingo, 12 de diciembre de 2010

BID y el proyecto Ciudades Sostenibles



La ola del cambio
manuelbrr@hotmail.com


Con poco “bombo” y “cohetes”, aunque lo merecía, la ciudad de Trujillo fue elegida por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como la única del Perú para el proyecto piloto “Ciudades Sostenibles”.

La selección respondió a un estudio elaborado por los técnicos del BID enfocado en ciudades de América Latina y el Caribe de no más de 300 mil habitantes, que no son consideradas grandes urbes o metrópolis.

Fue elegida Trujillo porque sus indicadores fiscales, financieros, gestión, medio ambiente y planificación urbana son positivos. Es decir por sus avances en desarrollo urbano registrados en los últimos años.

El proyecto que ya está en marcha se fundamenta en tres ejes temáticos. El primero tiene que ver con la sostenibilidad ambiental que responde a la calidad del aire, agua y de la adaptación al cambio climático.



En segundo lugar se encuentra la sostenibilidad del desarrollo urbano, relacionado con la planificación, transporte y seguridad ciudadana.

Finalmente, se ubica la sostenibilidad fiscal; es decir, que haya un buen manejo financiero de la ciudad.

El apoyo del BID consiste básicamente en una propuesta de asistencia técnica que congrega a expertos internacionales para analizar Trujillo y definir sus principales indicadores, dónde hay brechas y hay que trabajar más.

Este proyecto piloto -que se extenderá a otras ciudades de Latinoamérica- busca, en líneas generales, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del continente con ciudades planificadas, ordenadas, seguras y limpias.

No es para menos las emotivas expresiones del alcalde, César Acuña Peralta, que se mostró orgulloso que Trujillo haya logrado notables avances al haber mejorado la calidad de vida de los trujillanos. Es una de las tres escogidas de un total de 26 ciudades de América Latina y el Caribe que estuvieron en cartera.

Significa que la gestión municipal reelegida tiene la oportunidad de lograr notables condiciones para que los trujillanos puedan alcanzar mejores niveles de calidad de vida.

Precisamente, a César Acuña le tocó en noviembre asistir, como único alcalde invitado del Perú, al III Congreso de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), que congregó a burgomaestres, gobernadores, líderes de regiones y provincias del mundo entero, para debatir este vital tema.

Las discusiones en México fueron aleccionadoras por cuanto el desarrollo sostenible de las urbes de América Latina y el Caribe presenta grandes desafíos para la política territorial-urbana en sus niveles regionales, nacionales, sub nacionales y locales.

Debemos tener en cuenta que la ciudad es una matriz física y simbólica de la modernidad de nuestras sociedades y es en ella donde más se evidencian las tensiones y contradicciones del desarrollo urbano no sostenible en nuestra región (concentración de la riqueza, severas inequidades y exclusiones sociales, contaminación, consumo energético irracional, pobreza urbana, etc.).

La ciudad de Trujillo al término de la segunda gestión municipal habrá logrado notables condiciones para vivir y alcanzar mejores niveles de calidad de vida, gracias al apoyo que viene dando el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID), cuyos especialistas ya están trabajando de la mano con los funcionarios y técnicos municipales.

Haciendo un poco de historia, el BID en los últimos 15 años ha tenido mucho que ver en el renacimiento urbano de tres ciudades en América Latina. Curitiba inventó buses que funcionan como trenes. Quito reinventó el centro. Río de Janeiro logró transformar favelas en barrios formales.

El cambio es notable en Bogotá, impacta en Ciudad de México. No se queda atrás Ciudad de Guatemala, Lima, Montevideo y Santiago, que son capitales de país. Se nota a la vez en Guayaquil, São Paulo, Mérida, Porto Alegre, Medellín, Cuenca, Guadalajara, Monterrey, Cartagena o Veracruz.

Las ciudades del continente son muchas y muy distintas, pero están viviendo una historia común de renacimiento urbano basado en nuevas redes de transporte público, recuperación de cascos históricos y mejoramiento de barrios con participación de sus vecinos.

La ola de cambio ha llegado a las ciudades grandes, sin embargo hay una enorme demanda proveniente de ciudades de tamaño intermedio con más de 300 mil habitantes, que pueden resolver sus problemas a menor costo que las grandes urbes y con resultados más rápidos.

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