PERIODISTA
Nadie duda que el reforzamiento de la seguridad ciudadana es la herramienta imprescindible para el desarrollo de nuestra nación, pues en los últimos años los problemas de violencia urbana y criminalidad común han crecido en importancia ubicándose en los primeros lugares de la preocupación ciudadana.
La delincuencia urbana es un problema social que no es exclusividad de Trujillo. Es un problema nacional o tal vez global. Copiando las palabras del coronel PNP Clever Vidal Vásquez, jefe regional de la Policía Nacional en La Libertad, falta mayor coordinación, pese a existir la voluntad de trabajar en conjunto por la seguridad ciudadana.
Si nos conducimos a las cifras el 79% de la población se siente insegura en las calles, con justa razón, pues diariamente hay atracos y asaltos, crímenes que enlutan a muchas familias, etc. Por ejemplo en lo que va de este año se han producido 54 homicidios en la provincia de Trujillo de los cuales el 99% han sido vendettas o ajustes de cuentas entre delincuentes.
Hay un factor que incide para que en Trujillo haya zozobra y miedo por los crímenes, en especial en los distritos populosos de El Porvenir y Florencia de Mora. Se trata de la proliferación de armas de fuego, muchas de fabricación clandestina. Es decir hay un apogeo creciente del uso de armas de fuego en nuestro medio.
Como dijo el coronel Vidal Vásquez Hay delincuentes que incluso consiguen fácilmente licencia para usar un revolver. ¿Dónde y quiénes fabrican clandestinamente las armas de fuego que los delincuentes utilizan en sus asaltos y crímenes?. Ninguna autoridad del Ministerio del Interior, encargado de velar por el orden interno, se ha preocupado por investigar y combatir la fabricación ilegal de armas de fuego.
En lo que va de este año han sido incautadas 218 armas de fuego, que nos da la idea de la alta peligrosidad a que estamos expuestos. No creo que sea difícil encontrar señales de los fabricantes clandestinos de armas de fuego, si es que las autoridades toman en serio este grave problema que atenta contra el bienestar social de la población.
Es necesario entonces que nos comprometamos ahora a aportar nuestro granito de arena para disminuir la inseguridad ciudadana, que sí bien es responsabilidad de la Policía Nacional del Perú también es cierto que todos debemos participar en la lucha por la paz y el bienestar social.
La participación de las autoridades y de la población se debe canalizar a través del COPROSEC (Comité Provincial de Seguridad Ciudadana) de Trujillo, que preside el alcalde de la ciudad, César Acuña Peralta, quien ha dictado los lineamientos de acción y ha comprometido el apoyo logístico municipal a la Policía Nacional para luchar contra la delincuencia.
En realidad hay la necesidad de dotar a la Policía Nacional de mejores herramientas para que pueda luchar con eficiencia y eficacia contra la delincuencia. Para ello debe contar con un mayor presupuesto, que le debe asignar el Ministerio del Interior. Por ejemplo la Policía Nacional tiene en Trujillo 79 patrulleros y sin embargo se necesitan 176 unidades.
Pero el déficit no solo es de patrulleros sino también de personal. En La Libertad sólo hay 2,500 policías y de acuerdo al estandar internacional debería contar con más de seis mil efectivos.
Por otro lado, hay que optimizar el trabajo de las juntas vecinales de seguridad ciudadana, que requieren mayor capacitación y coordinación y hay que dotarles de las herramientas necesarias para que se sumen a combatir este flagelo social. Por su parte la prensa debería optar por no magnificar el crimen y evitar convertir a los delincuentes en “héroes”. En muchos países los diarios no publican hechos de sangre.
En la lucha contra la inseguridad ciudadana el ejemplo lo ha dado la Municipalidad de Trujillo, que es la única en el país que destina al año un presupuesto de siete u ocho millones para la seguridad ciudadana. Por su parte el COPROSEC-Trujillo se ha constituido en el primero a nivel nacional en presentar su Plan de Seguridad Ciudadana para el 2011.
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